... era Domingo de Ramos, y a las cuatro de la tarde y con los nervios recién planchados y "reliaos" bajo el brazo me dirigí acompañado de Alberto Jaén hacia la Casa de Hermandad. Por el camino encuentros y reencuentros, abrazos y besos...
A eso de las cuatro y media el capataz nos pide..., y hora y media más tarde la cuadrilla del Olivo le dimos lo que nos pidió.
Me quedo con ese Domingo de Ramos de superación ante la adversidad, con las ganas, la mesura y la templanza, con la pasión y el envite... "con la casta bien entendía". Me quedo con la gente que hace un mes sobre estas horas de la tarde me hizo temblar de emoción saliendo de menos a más... Me quedo con la gente que desde La Palma venía con ganas de jaleo, con los flamencos, con los más taimados, con los que se aguantan el genio y con los que no pueden contenerse, con todas vuestras emociones me quedo...
Me quedo con el pensamiento siempre puesto en los que lo estaban pasando mal, me quedo con la voz de aliento a través del respiradero en la intimidad de la "recogía" de Jose Sorroche. Me quedo con lo que se mama en el Barrio y se derrocha en el centro. Con el cariño de un amigo en tres golpes de martillo me quedo también.
Y me quedo seguro con las miradas puestas en el Señor, con los oles del Barrio y con los del Parque, con la Plaza Alta enmudecida mientras la surca el Barco... Me quedo con la cara de los Penumbras al salir del Paso ya en Casa, con el brillo en los ojos y el sudor en el costal, con el lomo caliente y con ganas de más... Me quedo con La Señora llegando fino y sobre los pies sin querer que se acabe la chicotá.
Me quedo con la ilusión de el año que viene hacerlo mejor...
Hoy yo me quedo con esos detalles que forman parte de nuestra historia ahí abajo.
Y vosotros... ¿con qué os quedais?.
Faltan 354 días para el Domingo de Ramos.