El viernes no fue un ensayo más ni un ensayo cualquiera...
El viernes fué el ensayo más emotivo en el que he participado de los 25 años que llevo sacando pasos. Así de categórico se muestra este que les habla...
Y por qué se preguntarán ustedes... Pues yo se lo digo ahora mismito de manera clara y meridiana. No, no le voy a dar la razón al “malaje” de mi Vinagre cuando me tildó de costalero del pasado días atrás (no reventara), pero si les digo queridos parroquianos que el Viernes comprendí, asumí y entendí que se cerraba el círculo...
Han sido 20 años debajo de mi Virgen del Buen Fin. Y no me duelen prendas decir que de todos esos años pocos fueron buenos. Nos toco lidiar con los primeros años de una Hermandad, que siempre son difíciles, pero además en una ciudad en la que la Semana Santa se había ido descuidando, “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Y con la única fuerza del Amor a La Señora y con la ilusión con que la juventud acomete las pruebas a las que la somete la vida nos batimos el cobre hasta que la Cuadrilla del Buen Fin se convirtió en eso, en una CUADRILLA.
Y fue allí en dónde muchos entramos aún sin pelos en la cara donde no sólo nos hicimos costaleros, nos hicimos hombres... Conocimos el valor del trabajo bien hecho y sus recompensas, transmutamos la camaradería en amistad forjada a golpe de riñón y de cervecitas en la Venta Andrés, y a muchos se nos quedó corta la palabra “amigo” para designar a estos... Aquellos que tuvimos la dicha de envenenarnos con el mundo de ahí abajo sometimos nuestro calendario vital al reencuentro de las noches del Mirador, a los Jueves Cofrades míticos e irrepetibles, a marcar el Domingo de Ramos de color azul pavo en el almanaque del sentimiento, a las tertulias de patio dibujando quiméricas chicotás de una revolución que pensábamos no veríamos nunca... El resto es historia viva.
Hoy, que muchos de los que crecimos bajo su manto nos vamos a retirar si Dios quiere debajo de su Hijo cimbreando ese Olivo que nos quita el sueño 365 días al año... A Ella, que es muy Suya “pa” sus cosas, se le ha “antojao”, como si fuera poco premio lo que hemos mamado ahí debajo, recompensarnos las fatigas y duquelas de dejarla atrás los Domingos de Ramos. Y el próximo 12 de Septiembre sus niños, porque ese día lo volveremos a ser, regresaremos al sitio de donde nunca nos fuimos, y como en el ensayo del Viernes le cantaremos, lloraremos como la primera vez que llegamos al Barrio hace 25 Domingos de Ramos y le daremos gracias por llamarnos una vez más a su Gloria y a la dicha de saberse Costalero de Nuestra Señora del Buen Fin.
Así sea, si Tu lo quieres...
Faltan 210 días para el Domingo de Ramos, faltan 13 días para estar en la Gloria...